ANMAT aprueba el primer test de antígeno de dengue de producción nacional
En un avance significativo para la salud pública en Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el uso del Detect-AR Dengue, el primer test de antígeno de fabricación nacional diseñado específicamente para el diagnóstico del dengue. Este logro llega en un contexto delicado, luego de que el país experimentara su mayor brote de la enfermedad durante el verano 2023-2024, con más de medio millón de casos confirmados y 419 muertes, según reportes de la Fundación Instituto Leloir.
Desarrollado en el Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir y liderado por la investigadora del CONICET Andrea Gamarnik, el test Detect-AR Dengue emplea la tecnología ELISA para detectar el antígeno viral NS1, una proteína clave para la identificación temprana del virus en pacientes en fase aguda. Este nuevo método, diseñado para laboratorios clínicos, ofrece una alternativa más accesible y económica al diagnóstico tradicional mediante PCR, permitiendo la detección sin la necesidad de equipamiento altamente especializado.
La bioquímica Belén García Fabiani, a cargo del desarrollo técnico del test, resaltó que Detect-AR Dengue puede procesar hasta 92 muestras en tres horas, cubriendo los cuatro serotipos del virus y proporcionando así una respuesta rápida en situaciones de alta demanda. Esto es crucial dado que los síntomas iniciales del dengue pueden confundirse con otras enfermedades, lo que subraya la importancia de una detección rápida y precisa.
El Detect-AR Dengue no solo reduce la dependencia de insumos importados, sino que también impulsa la capacidad de respuesta de Argentina ante emergencias sanitarias, alineándose con los objetivos de soberanía sanitaria. Las primeras 500 unidades estarán destinadas a evaluar su aceptación y eficiencia en laboratorios, con planes de escalamiento en la producción para satisfacer la demanda interna y eventualmente exportar el producto.
Este avance fue posible gracias a la colaboración de diversas instituciones nacionales, incluyendo el CONICET, la Fundación Instituto Leloir, el INIS y el Laboratorio Lemos.