Brasil Declara «Situación Crítica» en Río Madeira Debido a la Sequía
En respuesta a la preocupante sequía que azota algunas regiones del vasto bosque amazónico, Brasil ha declarado este lunes en «situación crítica» al río Madeira, principal afluente del río Amazonas y uno de los pilares acuíferos de Sudamérica. Esta medida tiene como objetivo mitigar la escasez de agua que enfrenta el río, marcando su nivel más bajo en las últimas cinco décadas, consecuencia directa de los efectos de El Niño y el cambio climático.
La Agencia Nacional de Aguas de Brasil (ANA) será la encargada de implementar acciones preventivas y paliativas para hacer frente a la «escasez cuantitativa» de agua en el río Madeira. Además, se facultará a la agencia para establecer «reglas especiales» sobre el uso del agua y la operación de embalses en la zona, permitiendo a los proveedores de servicios de saneamiento básico ajustar las tarifas para cubrir los «costes adicionales derivados de la escasez» hídrica.
El río Madeira, con sus 3,240 kilómetros de longitud, atraviesa territorios de Brasil, Bolivia y Perú, siendo uno de los ríos más significativos de Sudamérica con una cuenca hidrográfica de 125 millones de hectáreas. Su vital importancia radica en el abastecimiento de alimento para las comunidades amazónicas y el sustento de cultivos en sus orillas.
Además de ser fundamental para las poblaciones locales, el Madeira es una vía de transporte fluvial crucial, con más de 1,000 kilómetros navegables entre Porto Velho y la ciudad de Itacoatiara. Sin embargo, la sequía ha impactado negativamente en su caudal, lo que llevó a la suspensión de la hidroeléctrica de Santo Antonio, la cuarta más grande de Brasil. En 2022, el río Madeira transportó alrededor de 6.5 millones de toneladas de carga.
Esta sequía extrema en la Amazonía brasileña no solo ha afectado al transporte de mercancías, sino que también ha aislado a comunidades rurales a las que solo se puede acceder por vía fluvial. Adicionalmente, ha provocado una gran mortandad de peces y delfines rosados, así como un aumento de incendios en el bioma, que típicamente experimenta su época de menores precipitaciones en septiembre y octubre.