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Crisis en el PJ de Misiones: una intervención innecesaria que solo da problemas

El arribo de los interventores designados por la conducción nacional del Partido Justicialista no solo no trajo estabilidad, sino que profundizó la crisis. En apenas unos días, el partido quedó fuera de la competencia electoral de junio, una situación que no se veía desde la proscripción del peronismo en 1958.

Lejos de escuchar a la militancia, los interventores se dejaron influenciar por sectores afines al Instituto Patria, desmantelando el armado político provincial y dejando a los afiliados sin una estrategia clara. Se retiraron del frente electoral que garantizaba representación en la Legislatura y debilitaron la estructura partidaria.

Los encargados de la intervención, Gustavo Arrieta y Máximo Rodríguez, han demostrado una falta de conducción alarmante. Lo que debía ser una reorganización terminó convirtiéndose en un escándalo que amenaza con marcar un antes y un después en la historia del PJ misionero.

El periodista Ariel Sayas, en diálogo con Al Caer la Tarde de LT 7 Corrientes, comparó esta crisis con la intervención en Corrientes, que desembocó en fracasos electorales y disputas legales. Advirtió que la imposibilidad de presentar candidatos supone un hecho sin precedentes desde 1983, y representa un duro golpe para el justicialismo de la provincia.

El diario El Libertador de Corrientes también reflejó la tensión interna en el PJ misionero. Máximo Rodríguez, con antecedentes de una gestión fallida como interventor en Corrientes, tardó en asumir su rol y terminó anunciando la exclusión de la histórica Lista 2 de los comicios provinciales. Además, la intervención enfrentó trabas judiciales, ya que las autoridades electas del partido recurrieron a la Justicia para frenar el traspaso de la sede partidaria.

Sayas explicó que la intervención ha generado un fuerte rechazo entre la dirigencia local, que ve en esta maniobra un intento del Instituto Patria de controlar la estructura partidaria. Advirtió que, al igual que en Corrientes, esta estrategia solo traerá consecuencias negativas para el peronismo provincial.

Uno de los puntos más cuestionados es la procedencia de los principales candidatos impulsados por la intervención, vinculados a La Cámpora y el Instituto Patria. Esta decisión ha generado un profundo descontento en amplios sectores del PJ. “Si replican en Misiones lo que hicieron en Corrientes, el desenlace es previsible”, sostuvo Sayas.

El impacto de la intervención también quedó en evidencia con un hecho simbólico: el silencio del PJ misionero en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. En una fecha clave para la historia argentina, la dirigencia interventora evitó pronunciamientos, reflejando su desconexión con la militancia y con los principios históricos del justicialismo.

Con la exclusión del PJ de las elecciones del 8 de junio y la falta de alianzas, se abre un escenario incierto. Sin el sello del partido en las boletas, los dirigentes peronistas han quedado con “libertad de acción”, lo que podría provocar un reacomodamiento político con consecuencias a largo plazo para el justicialismo misionero.

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