Dietas restrictivas: ¿Por qué no dan resultados a largo plazo?
En un intento por lograr una figura más esbelta y saludable, muchas personas recurren a diversas dietas restrictivas que prometen resultados rápidos. Sin embargo, estas estrategias a menudo no cumplen con las expectativas y pueden tener efectos adversos en la salud.
Según la experta en nutrición, Pilar Lombardo, una de las razones fundamentales detrás del fracaso de estas dietas es que no se enfocan en un cambio de hábitos alimentarios sostenible a largo plazo. En lugar de adoptar un enfoque equilibrado y personalizado, muchas personas se embarcan en estas dietas con objetivos temporales, como perder peso para un evento específico. Una vez que alcanzan su meta, tienden a volver a sus antiguos hábitos poco saludables, lo que da lugar al temido «efecto rebote», donde el peso perdido se recupera e incluso puede aumentar.
Además, las dietas restrictivas pueden llevar a la pérdida de masa muscular, lo que dificulta la pérdida de peso a largo plazo y puede ralentizar el metabolismo basal. Esto hace que sea aún más difícil mantener el peso deseado en el futuro y puede conducir a ciclos de restricción y pérdida de peso sin éxito.
Otro aspecto importante es el impacto negativo en el funcionamiento hormonal del cuerpo. Adoptar una dieta altamente restrictiva de forma crónica puede afectar el equilibrio hormonal, incluyendo el desarrollo de desórdenes como el hipotiroidismo.
Adicionalmente, desde un punto de vista conductual, estas dietas no toman en cuenta los gustos personales y los horarios de cada individuo, lo que puede llevar a una sensación constante de alimentación descontrolada y, en última instancia, al regreso a malos hábitos alimentarios.
Para obtener resultados más efectivos y duraderos, la recomendación de la nutricionista es enfocarse en un cambio gradual de hábitos alimentarios personalizados, que se adapten a las preferencias y necesidades de cada persona. Esto implica incorporar cambios saludables de manera progresiva y adoptar una perspectiva más equilibrada hacia la alimentación.
Especialmente en invierno, donde las tentaciones de alimentos reconfortantes son mayores, es crucial mantener una alimentación balanceada. Pilar Lombardo aconseja incluir verduras en las comidas invernales para asegurar una dieta nutricionalmente completa. Además, la planificación y la organización son claves para evitar caer en opciones poco saludables por falta de tiempo.
Entre las recomendaciones destacan la combinación de proteínas, carbohidratos y verduras en cada comida, el uso de ingredientes frescos y congelados, y la inclusión de legumbres en guisos y sopas para obtener energía durante el invierno. La creatividad en la cocina y la escucha activa de las señales de hambre del cuerpo también son aspectos fundamentales para mantener una alimentación saludable y satisfactoria durante todo el año.
Fuente: El Litoral