El Gobierno Nacional suspende la suba de combustibles y tarifas de luz prevista para julio
En un esfuerzo por contener la inflación, el Gobierno nacional ha decidido suspender los aumentos programados para los combustibles y la electricidad que debían entrar en vigor en julio. Esta medida busca aliviar el impacto económico en los hogares durante los meses de mayor consumo energético debido al invierno.
Las naftas iban a experimentar un incremento de hasta un 18% debido a la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), una subida que ahora ha sido aplazada. El Ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que la postergación, que ya se había aplicado en mayo y junio, se extenderá a julio, evitando así el aumento de precios que iba a empezar el próximo lunes.
Asimismo, el ajuste de las tarifas de electricidad también ha sido suspendido para el mes de julio. Esta decisión se tomó con el objetivo de mantener la recuperación del poder adquisitivo de la población, enfocándose en los consumos hogareños. La mayoría de los usuarios notarán el impacto de esta medida en las facturas de agosto, dependiendo del ciclo de facturación.
La suspensión de la tarifa de luz forma parte de un plan más amplio para transitar de un régimen de subsidios generalizados a uno focalizado. Bajo este nuevo esquema, los usuarios podrán conocer el costo real del kW de energía eléctrica y del m³ de gas natural, al mismo tiempo que recibirán asistencia del Estado en función de su capacidad de pago.
Ejemplo de este cambio es el impacto en las diferentes categorías de consumo eléctrico:
- N1 (ingresos altos): una factura promedio de $24.710 pasará a $30.355 (23% de aumento), manteniéndose en esta cifra en julio.
- N2 (ingresos bajos): de $6.295 a $12.545 (99% de aumento).
- N3 (ingresos medios): de $6.585 a $16.850 (156% de aumento).
En cuanto al aumento escalonado de los combustibles, la decisión no es inédita. El Gobierno había anunciado previamente la postergación de la actualización del impuesto mediante el Decreto 375/2024 y luego mediante el Decreto 466/24. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), la actualización del ICL prevista para julio hubiera incrementado el impuesto en un 115%, llevando el tributo desde $143 hasta $306 por litro.
El valor del impuesto a los combustibles líquidos ha fluctuado desde 2018, manteniéndose estable entre abril de 2018 y marzo de 2021, pero disminuyendo posteriormente debido a la falta de actualización nominal y la inflación. El valor real del tributo alcanzó su mínimo en enero de 2024 ($42), pero comenzó a recuperarse gradualmente. En julio, de haberse realizado la actualización, el impuesto habría alcanzado un valor real de $294, similar al de julio de 2021.
La suspensión de estos aumentos permite al Gobierno ganar tiempo para ajustar su estrategia económica, priorizando la contención de la inflación y la protección del poder adquisitivo de los ciudadanos en un contexto de alta demanda energética.