El Papa Francisco presidirá la III Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores
Este domingo, 23 de julio, el Papa Francisco encabezará la III Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores bajo el lema «Su misericordia se extiende de generación en generación» (Lc 1,50). El corazón de esta jornada, que se llevará a cabo en Roma, será la Santa Misa, programada para las 10 de la mañana, y se celebrará en el interior de la Basílica de San Pedro.
Más de 6.000 personas asistirán a esta significativa ceremonia, entre ellas numerosos ancianos de toda Italia. Entre los invitados se encuentran abuelos acompañados por sus nietos y familias, residentes de hogares para ancianos y personas mayores comprometidas en actividades parroquiales, diocesanas y asociativas.
Al término de la celebración, cinco personas mayores, representando a los cinco continentes, realizarán un emotivo gesto: entregarán simbólicamente la Cruz Peregrina de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) a cinco jóvenes que partirán hacia Lisboa, simbolizando la trascendencia de la fe de generación en generación. Además, este acto representará el compromiso adquirido por los ancianos y abuelos, a petición del Santo Padre, de orar por los jóvenes que emprenden este viaje y de acompañarlos con su bendición.
La diócesis de Roma proporcionará a todos los participantes en la celebración en San Pedro la oración de la III Jornada Mundial y el mensaje del Papa Francisco dirigido a los abuelos y mayores.
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha reiterado la invitación a todas las diócesis del mundo a unirse a esta jornada mediante la celebración de una misa dedicada a los abuelos y visitando a los ancianos que se encuentran solos. Aquellos que realicen estos gestos recibirán indulgencia plenaria.
El Papa Francisco ha sido un ferviente defensor del valor y la dignidad de las personas mayores, enfatizando en numerosas ocasiones la importancia de reconocer y honrar a los ancianos como miembros valiosos de la sociedad. Ha abogado por un mayor diálogo y encuentro entre las diferentes generaciones, destacando que en la relación entre los ancianos y los jóvenes se encuentra la base de una verdadera civilización, una que se transmite de corazón a corazón.
Asimismo, el Pontífice ha instado a dar voz a la sabiduría de los ancianos y ha rechazado la idea de una sociedad que valora únicamente la etapa productiva de la vida, asociando la vejez con la inutilidad. En cambio, ha subrayado que la ancianidad es una vocación, un tiempo para recordar la gracia recibida y una estación para la sabiduría. La fragilidad de los ancianos en un mundo consumista, donde la felicidad a menudo se asocia con posesiones materiales, nos invita a reconsiderar la importancia de la ayuda mutua y de la compañía en la búsqueda de la felicidad compartida.
La III Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores representa una ocasión especial para reflexionar sobre la relevancia y la contribución significativa de nuestros ancianos en la sociedad actual. A través de esta conmemoración, se busca promover un mayor entendimiento y respeto hacia esta valiosa generación, al tiempo que se anima a los jóvenes a conectar con sus raíces y aprender de la sabiduría que solo los años pueden brindar.
Fuente: El Territorio
