Política y economía

Expertos prevén un fuerte descenso en la inflación de abril, con indicios de deflación en algunos sectores

Los precios, especialmente de alimentos y bebidas, han dejado de subir prácticamente en la tercera semana del mes, con muchos productos mostrando incluso caídas en sus precios.

Se estima que el índice general de precios podría situarse por debajo del 8%, en un contexto de marcada retracción en las ventas. Esta desaceleración en la variación de precios se ha consolidado a lo largo de abril, siendo casi seguro que el mes cerrará con una inflación de un solo dígito. Además, la inflación núcleo ha mostrado una sorprendente tendencia a la baja.

Según la consultora Alphacast, dirigida por Luciano Cohan, en las últimas cuatro semanas se ha registrado una subida del 0%, la más baja desde que comenzaron a medir en alta frecuencia en 2013, según el economista.

Es importante mencionar que la inflación núcleo no incluye los precios regulados ni los rubros afectados por cuestiones estacionales, como el turismo. El Banco Central ya ha señalado que las futuras decisiones sobre la tasa de interés se basarán en esta medición, que proporciona una visión más precisa de la evolución de los precios.

Las mediciones no difieren mucho de otras que siguen los precios de alimentos y bebidas en supermercados, donde se han registrado aumentos de apenas el 1% en lo que va de mes. Con el comportamiento estacional de los precios, es probable que esta tendencia se mantenga en los últimos días del mes, que suelen tener los descuentos más marcados.

La consultora estima que el índice general de precios rondará el 7,6% este mes, lo que representa una caída significativa respecto al 11,2% de marzo. Asimismo, su estudio refleja una caída de precios en el 25% de los productos analizados, con la mitad de ellos experimentando descensos superiores al 1%.

El desplome en la inflación de abril habría sido aún más pronunciado de no ser por el fuerte incremento en el precio del gas, que aumentó alrededor del 350%. Esta subida impacta directamente en aproximadamente 2 puntos en el índice de inflación, y podría generar presión en otros sectores que utilizan este insumo intensivamente, como panaderías, restaurantes y hornos industriales.

Las interpretaciones sobre la causa de esta abrupta caída en la inflación son diversas. Por un lado, el Gobierno atribuye este fenómeno al sostenimiento del superávit fiscal y al control estricto de los agregados monetarios, que estarían teniendo un claro impacto en los precios. Además, las proyecciones son optimistas respecto a una continuación de la desaceleración inflacionaria, posiblemente a un ritmo aún más rápido.

No obstante, otros factores también podrían estar contribuyendo a esta tendencia, como la disminución del poder adquisitivo de los salarios y la caída en las ventas. Ante la necesidad de generar ingresos para cubrir sueldos y gastos operativos, muchas empresas están optando por ofrecer descuentos significativos.

Este fenómeno a veces no se refleja en las mediciones del INDEC, ya que se trata de ofertas puntuales o negociaciones entre proveedores y clientes. Sin embargo, está ocurriendo en supermercados y otros sectores afectados, como el de materiales para la construcción.

Además, las empresas habían acumulado mucho stock el año pasado para aprovechar el acceso a un dólar oficial muy barato, con una brecha cambiaria superior al 150%. Sin embargo, a diferencia de 2023, ya no resulta rentable mantener ese stock, lo que está llevando a una baja en los precios. En la mayoría de los rubros, las remarcaciones excesivas al principio de año, motivadas por el temor a un aumento de la brecha cambiaria y una devaluación, no se materializaron.