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Ingenieros de Olavarría logran un hito: el primer automóvil argentino impulsado por energía solar

Un grupo de ingenieros de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen) ha logrado un avance significativo en la industria automotriz argentina al desarrollar el primer automóvil que se recarga con energía solar. Este vehículo eléctrico, diseñado para uso urbano, cuenta con tres ruedas y puede ser cargado tanto mediante electricidad domiciliaria como a través de paneles solares. La mayoría de los componentes eléctricos, con excepción de las baterías que son de origen chino, fueron ideados, diseñados y fabricados en la Facultad de Ingeniería de la Unicen. Aunque el prototipo ya está en funcionamiento, aún faltan algunos detalles para su finalización.

El objetivo de estos científicos es que este prototipo pueda ser fabricado en serie, lo que permitiría reemplazar el uso de combustibles fósiles por energías más sostenibles, reducir la contaminación y contribuir a la construcción de la infraestructura necesaria para la transición hacia vehículos no convencionales.

«La meta es transferir esta tecnología a alguna empresa interesada en fabricar estos vehículos. Queremos que el automóvil sea comercializable y que haya una cantidad significativa circulando. Además de mostrar la tecnología y las capacidades instaladas de la universidad, demostramos que la movilidad eléctrica es posible y es un desarrollo local de Argentina», afirma Marcelo Spina, ingeniero de la Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO) de la Unicen y director del proyecto «Impulsa» sobre energía y movilidad sostenible.

El vehículo cuenta con dos métodos de carga de batería. Por un lado, tiene un sistema para conectarlo a la electricidad doméstica de 220 voltios en cualquier hogar, con todas las protecciones necesarias. Por otro lado, cuenta con un techo solar que permite una pequeña recuperación de energía mientras el automóvil está en funcionamiento o estacionado. Tanto la gestión de las baterías como los paneles solares han sido desarrollados en Olavarría.

A diferencia de las tres opciones similares disponibles en el mercado, el vehículo biplaza de tres ruedas diseñado por la FIO ofrece dos métodos de carga y presenta un diseño innovador. Si bien los paneles solares diseñados en la facultad no son suficientes para cargar por completo la batería del vehículo, debido a que deberían ser más grandes que los utilizados en los automóviles convencionales, sí permiten una carga parcial.

A la vanguardia de la electromovilidad Para instalar los paneles solares en el automóvil y desarrollar toda la parte eléctrica, los investigadores han estudiado y seguido de cerca diversos avances tecnológicos. De esta manera, se han convertido en uno de los primeros laboratorios universitarios del país especializados en electromovilidad. En 2022, se convirtieron en la primera facultad pública de Argentina en instalar un punto de carga de vehículos eléctricos de acceso público en su campus.

«No solo cualquier automóvil eléctrico puede ingresar a nuestro punto de carga, sino que además es totalmente gratuito. Además, se alimenta con energía solar, lo que significa que los usuarios pueden cargar sus vehículos sabiendo que la fuente de energía es completamente limpia», destaca Nicolás Brizzio, ingeniero electromecánico de la Unicen y responsable del Laboratorio de Electromovilidad de la facultad.

Este desarrollo ha llevado a la facultad a establecer vínculos con la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y en enero de 2023 recibieron la visita de un automóvil eléctrico de la marca Tesla, que recorrió todo el continente desde Alaska hasta Ushuaia, pasando por el campus de la Facultad de Ingeniería para recargar su batería y continuar su trayecto.

En el laboratorio, están desarrollando un sistema de gestión de baterías similar al utilizado por Tesla, que permite optimizar el rendimiento de las baterías. «Nosotros nos encargamos de todo, tanto del hardware como del software del automóvil. Una vez que tenemos el vehículo, lo sacamos a la calle y lo sometemos a pruebas», destaca Brizzio.

Un marco legal para los vehículos eléctricos Para validar la circulación de un automóvil en las calles, se requiere una Licencia de Configuración de Modelo, que implica realizar una serie de pruebas para verificar que cumple con los requisitos de seguridad, como frenos, cinturones de seguridad e iluminación adecuada. Sin embargo, los automóviles eléctricos carecen de una normativa específica.

«Nos enfrentamos a un desafío interesante y comenzamos a trabajar con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial para redactar un manual de buenas prácticas de ingeniería para la fabricación y conversión de vehículos eléctricos en Argentina», destaca Brizzio.

Según el ingeniero, la parte técnica se puede resolver y la facultad está preparada para ello. Sin embargo, para que la electromovilidad se incorpore en el parque automotor argentino, es necesario establecer una legislación adecuada. «Fuimos pioneros en el país y nos convertimos en uno de los primeros en pensar en cómo validar este tipo de vehículos».

La perseverancia da sus frutos El vehículo biplaza de tres ruedas no es una idea nueva, sino que es parte de una historia relacionada con la movilidad eléctrica que comenzó en 2010, cuando Marcelo Spina recibió un correo electrónico invitándolo a participar en el Desafío Solar de Atacama, una carrera de automóviles eléctricos con baterías de litio que se recargaban con paneles solares. La facultad aceptó el desafío y al año siguiente llevó al desierto chileno el vehículo solar llamado Pampa Solar I para competir.

Este evento despertó el interés de estudiantes y profesores, y muchos trabajos prácticos se centraron en el Pampa Solar I. En 2012, se repitió la carrera y la universidad participó con un automóvil completamente mejorado que incluía un sistema de gestión de baterías llamado BMS (Battery Management System) para maximizar la potencia y el rendimiento del vehículo.

«En ese contexto, pudimos demostrar que el encapsulado de las células solares era más eficiente que las células comerciales disponibles en el mercado, y creamos las nuestras propias», recuerda Spina. Uno de los aspectos destacados de la carrera era que el ganador no era el primero en llegar, sino el que consumía menos energía. En esa ocasión, el equipo de la Unicen recibió el premio a la mejor utilización del recurso solar en América Latina por su desarrollo de paneles solares y el premio a la mejor utilización del litio por su sistema de gestión de baterías.

En los últimos años, Brizzio ha participado como observador y supervisor en carreras de automóviles eléctricos realizadas en Estados Unidos, Europa y África. En una de estas competencias, observó un automóvil que le llamó la atención: «Por fuera parecía una nave espacial y cuando pregunté cuál era su precio, me dijeron que era de un millón y medio de euros. Sin embargo, la parte eléctrica era igual a la nuestra», rememora el investigador.

Ambos ingenieros coinciden en que el desarrollo electrónico autóctono está a la altura de los mejores equipos del mundo. «Estamos en condiciones de fabricar vehículos con un presupuesto mucho más bajo, pero tecnológicamente iguales», concluyen.

Fuente: Pagina 12

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