«Padre rescató a sus hijos de la violencia, pero continúa recibiendo el salario destinado a los niños»
Manuel Lima, un padre desesperado, ha asumido la responsabilidad de cuidar a sus hijos de 11 y 8 años después de que su madre fuera denunciada por violencia doméstica. El mayor de los niños llegó a la escuela el pasado 3 de abril con múltiples golpes en su cuerpo y relató cómo su madre lo había agredido brutalmente mientras su padrastro lo sujetaba. Las lesiones fueron confirmadas por un médico policial y detalladas en el expediente judicial del caso. Los golpes afectaron sus brazos, piernas, espalda, cuello e incluso sus partes íntimas. La violencia de este incidente fue tan grave que al día siguiente, cuando el niño llegó a la escuela, los maestros y directivos se percataron inmediatamente de sus heridas, lo que los llevó a informar a la comisaría de Campo Ramón. Ese mismo día, Darío (11) y su hermano Lucas (8) fueron sacados de la casa de su madre y entregados a su padre.
Aunque el niño mayor fue el más golpeado, el menor también mostraba signos de violencia y presentaba un bajo peso. Como resultado, los menores han estado viviendo con su padre, Manuel Lima (37), en una propiedad rural ubicada en el lote 55, Paraje Las 600, Campo Ramón, durante los últimos tres meses. Hasta ahora, la madre no ha entregado los documentos ni la tarjeta de cobro correspondiente al subsidio universal de los niños, un beneficio del cual sigue disfrutando a pesar de no estar a su cargo. Mientras tanto, Lima reconoció que están pasando dificultades, ya que sus hijos están enfermos y no puede dejarlos solos en la propiedad rural. No cuenta con familiares cercanos ni vecinos aparte de una pareja de ancianos a 500 metros de distancia. Lima, quien trabaja como tarefero, también mencionó que su empleador no permite que lleve a los niños consigo, complicando aún más la situación.
En medio de esta situación, lamentó que los niños hayan venido solo con la ropa que llevaban puesta y carezcan de calzado y ropa adecuada. Además, hay días en los que apenas comen o incluso no comen nada. Lo más injusto para Lima es que la madre está cobrando el subsidio y se queda con el dinero.
La madre siempre le impidió tener un contacto frecuente con los niños, pero él intentaba estar cerca y verificar cómo estaban. Los niños le contaban que su madre y el padrastro los maltrataban y golpeaban, aunque él nunca los había visto heridos. Sin embargo, todo cambió el 3 de abril, cuando su hijo mayor llegó a la escuela con evidentes marcas en su cuerpo y la directora alertó a la policía. El niño relató que el padrastro lo sujetó mientras su madre lo golpeaba con una vara.
Con una orden judicial, los menores fueron entregados a su padre, quien comenzó los trámites para obtener la custodia legal. Sin embargo, después de tres meses, aún no ha logrado que la madre le entregue los documentos de identidad ni la tarjeta del subsidio correspondiente.
«Mi hijo menor sufre de broncoespasmo y ha tenido dos crisis, pero el hospital se niega a atenderlo sin el documento de identidad. No entiendo por qué la justicia no obliga a la madre a entregar lo que corresponde. Pero estoy seguro de que si ella me denunciara, me habrían encarcelado»
Lima también afirmó que no ha recibido respuestas claras de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) con respecto a la retención de la tarjeta de asignación para los niños. Además, debido a las dificultades mencionadas, los niños han dejado de asistir a la escuela en los últimos meses. «Es una situación muy difícil porque mis hijos están pasando necesidades, y no puedo dejarlos solos porque si les sucede algo, me culparía a mí mismo», concluyó Lima.