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Reunión entre la Unión Europea y CELAC: una cumbre sin precedentes

En un esperado acontecimiento que marca un hito en las relaciones entre Europa y América, los líderes de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se reúnen en una cumbre histórica que se llevará a cabo durante dos días en la ciudad de Bruselas. El objetivo principal de esta cumbre sin precedentes es establecer una hoja de ruta que fomente una relación más sólida y estrecha entre ambas regiones. La atención de Europa se centra en las perspectivas energéticas de América Latina y el Caribe, mientras que también existe una creciente preocupación por la influencia en la región por parte de China.

Después de una espera de más de ocho años, esta cumbre adquiere una importancia significativa, ya que busca abordar los desafíos y oportunidades que se presentan en el vínculo transatlántico. Sin embargo, existen temas delicados sobre la mesa que podrían limitar el alcance de esta reunión, convirtiéndola en una mera oportunidad para la toma de fotografías y declaraciones políticas en lugar de un espacio para avanzar en acuerdos económicos y comerciales concretos.

Entre los temas espinosos que dificultan el consenso entre los 27 países de la UE y los 33 miembros de la CELAC se encuentran las sanciones contra Rusia, el apoyo militar a Ucrania y las múltiples denuncias de violaciones a los derechos humanos en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Durante los últimos meses, ambas partes han estado negociando los detalles de una declaración conjunta, en la que se espera que estos temas estén presentes, pero de manera sutil y delicada.

Un tema adicional que ha estado afectando las negociaciones es el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE. Inicialmente, se esperaba que esta cumbre fuera el escenario para finalizar y firmar el tan postergado tratado. Sin embargo, las diferencias en las políticas medioambientales han obstaculizado el proceso de ratificación. Europa insiste en la aplicación de políticas medioambientales estrictas, como evitar la importación de productos procedentes de áreas deforestadas o con altos niveles de fertilizantes. El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva desempeña un papel crucial en la resolución de estas diferencias y se espera que aproveche la ocasión para entablar importantes reuniones bilaterales y captar gran parte de la atención.

Las expectativas en torno a la resolución del acuerdo Mercosur-UE son moderadas, ya que ninguna de las partes espera grandes avances en esta cumbre. Las negociaciones se han ralentizado desde que los europeos presentaron una propuesta para agregar un protocolo adicional al acuerdo inicial alcanzado en junio de 2019. Dicho protocolo implica el cumplimiento de políticas medioambientales que resultan difíciles de implementar en los países latinoamericanos, especialmente en Brasil. Esta demora ha generado cierta frustración en la UE, mientras que algunos países como Francia, Bélgica, Irlanda, Austria y Países Bajos mantienen su reticencia a avanzar definitivamente con el tratado. Se especula que Lula está utilizando el protocolo adicional como una herramienta para fines políticos, consciente de la urgencia de la UE en alcanzar un acuerdo.

La presencia de Venezuela, Cuba y Nicaragua también se suma a la complejidad de la cumbre. La UE ha expresado su deseo de que esta cumbre sea inclusiva y no excluyente, a diferencia de eventos anteriores. Aunque se espera únicamente la presencia del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, la UE sostiene que nadie será excluido de la cumbre. Sin embargo, el Parlamento Europeo ha dejado claro que Nicolás Maduro y sus principales funcionarios no son bienvenidos en territorio europeo. Activistas de derechos humanos estarán presentes para visibilizar las violaciones a los derechos humanos en estos tres países.

A pesar de las diferencias, la UE busca establecer una agenda económica sólida en esta cumbre. Se proponen acuerdos e inversiones en los sectores energético, tecnológico y productivo, en línea con la estrategia ambiciosa de la UE conocida como Global Gateway. La UE considera de gran importancia el valor estratégico del vínculo con la CELAC, ya que juntos representan una proporción significativa de la población mundial y el PIB global. Además, la UE es el principal inversor directo en la región con una inversión de 693.000 millones de euros, y el comercio de bienes y servicios entre ambos bloques alcanza los 370.000 millones de euros.

Con el objetivo de fortalecer aún más la relación, se espera que se firmen acuerdos y memorandos de entendimiento en el sector energético y otros ámbitos. Asimismo, se intentará establecer un órgano de supervisión para monitorear el progreso de los proyectos conjuntos, y se buscará institucionalizar cumbres de alto nivel entre ambas regiones. Con la intención de evitar largos intervalos entre encuentros, se espera que se establezca un calendario regular para futuras reuniones.

En definitiva, esta cumbre entre la UE y CELAC se presenta como un hito en la búsqueda de una relación más estrecha y sólida entre Europa y América. Aunque se enfrentan desafíos y diferencias significativas, las partes involucradas buscan establecer una agenda económica y comercial en común, así como abordar temas delicados como las sanciones contra Rusia y las violaciones a los derechos humanos en ciertos países latinoamericanos. El resultado final de esta cumbre sentará las bases para futuros acuerdos y cooperación en beneficio mutuo.

Fuente: Misiones Online