Sequía y olas de calor encienden alarmas en el sector productivo de Misiones
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anticipa un escenario preocupante para los próximos meses, con lluvias entre un 40% y 50% por debajo de lo normal y temperaturas que podrían ser hasta un 50% más altas de lo habitual para septiembre y octubre. Estos pronósticos han puesto en alerta al sector productivo de Misiones, que aún recuerda los devastadores efectos de la sequía de 2021-2023.
Durante ese período, las pérdidas millonarias afectaron cultivos clave como la yerba mate, el tabaco, la mandioca y la forestación, además de provocar incendios que consumieron vastas áreas de terreno. Aunque algunos sectores han comenzado a recuperarse, la posibilidad de enfrentar nuevamente condiciones extremas ha generado gran preocupación.
El SMN y la Organización Meteorológica Mundial advierten que, tras la presencia del fenómeno «El Niño», hay una alta probabilidad de que «La Niña» regrese a finales de 2024, lo que implicaría nuevamente un clima seco y olas de calor en la región. Según Juan Rivera, doctor en Ciencias de la Atmósfera, las olas de calor contribuyen a la rápida pérdida de humedad en el suelo, intensificando las sequías y afectando negativamente a la agricultura.
Los trabajadores de Áreas Naturales Protegidas de Misiones también han expresado su preocupación por la falta de equipamiento adecuado para enfrentar posibles incendios, haciendo un llamado urgente a las autoridades para destinar presupuesto a la reparación de equipos y provisión de indumentaria necesaria.
La amenaza de una nueva sequía podría tener serias repercusiones no solo en la producción agrícola y forestal, sino también en la economía provincial y nacional, afectando la cosecha y la liquidación de divisas del agro en los próximos meses. Esto sumaría presión a un panorama económico ya desafiante, y podría replicar los impactos que enfrentó el exministro de Economía Sergio Massa durante su gestión en medio de la sequía previa.
En Misiones, los recuerdos de la anterior sequía aún están frescos. Yerbales en Andresito se secaron, los productores de hortalizas vieron cómo sus cultivos morían, y los ganaderos lucharon por encontrar agua para sus animales. El INTA informó que las precipitaciones fueron las más bajas en 55 años, y los expertos advierten que la región aún enfrenta grandes desafíos para evitar una crisis similar.